20 jul 2009

Soledad creadora

La batalla de la experiencia me ha hecho temer,
me ha hecho un cobarde sin fe,
un traicionero a mi convicción doctrinal,
de mi corazón sin palpitar.

Eres delicado maquina de vida,
ahora no puedo cumplir mi deseo,
ese sueño utópico que muchos comparten
y muchos temen.

Paso día y noche,
verano e invierno pensando y meditando de tu defecto,
de tu talón de Aquiles,
de mi talón de Aquiles;
sufro por no sentir,
mientras que otros sufren por temer,
o por la idiotez infantil de sus falsos amores.

Estoy vacío como una roca del desierto perdido de mi mente,
árido como odio y mortal como el rencor.
Ya he dicho que soy un mentiroso falsificador de amores,
de sentimientos,
un plagiador perfecto de sonrisas irreales,
que muchos sienten, y yo veo.

Mis poemas hablan de tus ojos y tus manos,
de tu cabello que anida amores,
de tu voz perfecta y tus manos poderosas
de tu sonrisa sanadora
y de tus labios irreales,
pero resulta que eres la creación de mi soledad,
la falsa estrella que ilumina mis viajes y cruzadas,
la bendita omnipotencia que me despierta los ojos cada mañana.

No existes por culpa de la culpa
y por cargo de la historia,
de la maldad y la experiencia
no existes por un miedo que desconozco,
que maldigo, que odio y discrimino.

Esos ojos juguetones que jugaban con migo cada tarde de septiembre,
esa sonrisa que me cautivaba en un éxtasis de ensueño,
que me domina y me enamora.

Y no olvidemos esos bellos labios que me tientan cada segundo,
esos labios que solo la perfección los tendría.

Te estoy hablando a ti fantasma,
sufro por no sentir y por guardar mi cariño en la soledad de mis palabras,
en la música y en mi cigarrillo que lo consume el viento.

Como quisiera encontrar tu paradero desconocido,
ya sea en nueva york o en Moscú,
ya sea en mi pradera de primavera eterna
o en la torrensialidad de mis pensamientos mortales,
ya sea en mis deseos o en mi ciudad.

Pero no te preocupes,
no temas,
no sufras,
mira que si hablamos de esperarte,
a Cronos se le acabaría el tiempo sin escape,
que yo te esperaría en vida y muerte,
para encontrarte y besarte
para abrazarte y quererte
y para tocarte y amarte.

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