21 ene 2010

La Busqueda

Buscando en la bolsa del corazón
me encontré con mucho ardor y pasión
encabezado
por la falta de esperanza,
potenciado
porque tú no estás en mi cama.

Así es como decido desistir,
rindiéndome ante la tiranía de marfil,
encerrándome en un consumismo vacío,
tratando de olvidar
porque estas copas vacías están
y si no me equivoco es por tu culpa de cristal.

Pensaré
en como moriré
si viviré esperando o moriré arriesgando.
Sometido a tu juego de verdad
donde tus mentiras y palabrotas
me trastornan la realidad.


Lastima que tú no estás,
y sigues vagando por la ciudad
porque lamento admitirlo, pero es verdad,
necesito tu elixir que me sabe a verdad.

Las lunas y los soles
no paran de bailar
y tu no apareces,
violadora de la castidad.

Yo sigo varado
en este arrecife metropolitano,
mientras tú sigues bailando
en alguna parte de Santiago.
Entre copa y copa,
tu cara se asoma,
pidiéndome con voz angelical
un beso apasionado que solo yo te puedo dar.

Ahora,
más solo y vivo que nadie,
comienzo a escribirte de la lástima que siento al no tocarte,
mirarte es imaginarte
y dibujarte es contemplarte.
Por eso es mejor parar de pensar,
mirar hacia el cielo
y comenzar a rezar,
porque tú ángel mío,
algún día me encontraras,
Varado en tu ciudad o en algún sitio familiar.

Es por eso que sigo y vivo sin pensar,
solo actúo de forma inmediata
y razono después de matar.

Ahora tu eres mi cigarro
y t te tengo en la palma de mis manos,
te controlo con dos dedos y si quiero te boto al piso.
Pero dependo de ti y tu dulce aroma
que me destroza y asombra.

Cada vez que quiero
tu me das un beso
y cuando tú te aburras
de un golpe me abrumas.

Así eres tú,
mientras siga esperando el crudo amor
que jamás debí esperar,
ni siquiera imaginar,
porque es un juego macabro
del que pocos saben cómo jugar
y tengo muchas ansías de poder participar
y poder ganar
ese beso que tantos mueren por ganar.