12 jul 2009

Oceano

Varado en la soledad,
varado en el océano,
varado en la tristeza,
viendo como todos sonríen,
como todos avanzan, disfrutan,
viendo como todos en sus barcos
avanzan sin problemas contra la marea,
explorando, disfrutando y gozando.
Mientras que yo,
varado en el océano del amorío,
en una tormenta perfecta
que no tiene fin
y que no descubrí su inicio,
me quedo mirando,
sin ninguna otra alternativa,
sonriendo por la felicidad de los otros.
Por la capacidad de moverse en el océano titánico y prolífico,
por la felicidad que deslumbran sus rostros,
acompañados de Eros.

Sujetado por un ancla invisible,
no me puedo mover,
estoy en la popa y en la superficie,
pero me ahogo, me desespero, me inundo, me muero.
Estoy solo en esta tormenta de caos y confusión,
que no me deja caminar, ni navegar, ni besar, ni sentir tus labios.
Será que me lo merezco,
que no valgo la pena sentir esa felicidad,
destinado a vivir de su tiempo y de mis amistades,
de escribir y de mis letras,
de mis pensamientos y mi tristeza camuflada en sonrisas.
Tal vez no lo merezca, pero si llegara el día,
en que llegue una luz a mi bote,
del cielo poderoso,
entonces estaré feliz, y
podre finalmente,
sentir tu presencia, oler tu esencia,
complacer mi mirada, degustar de tus labios,
entregarme a tus brazos, sentir tu calor
y sobre todo,
abrigarte con mi amor.

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