19 nov 2009

Miedo invisible

Me alimento de tus besos
sin mínimo esfuerzo,
te observo un momento
y mi cuerpo se pone tenso.

Mi felicidad completa su sitio
con tu cuerpo al lado mío.
Mi sonrisa completa su media luna
cuando tú me abrazas y provocas
con ese canto que solo tú corroboras.

Pero no es completa mi sonrisa,
porque hay algo que lo limita,
algo oscuro y sin razón
que me hace pensar con el corazón.

Te doy abrazos y besos
y tú me das canciones de lo bello eterno.
Te doy caricias y cariño
y tú me das un golpe del abismo.
Te doy mi mano
y tu te encarcelas en tus cuentos lejanos
te doy un beso
y tú me das un topón sin esfuerzo.

Te quiero,
me gustas y te extraño,
con cada pasar de día
en que tu y yo no estamos apegados.

Puede ser
que son solo rumores del corazón,
jugadas sin razón
que pierdes ante mínimo rencor.
Pensamientos míos
que solo juegan con lo tuyo y mío.

Me preocupo
cuando te veo pasar,
te imagino con otro hombre
y eso no lo puedo soportar.
Insisto en la curiosidad,
en mis celos que extrañaba amamantar,
pero es porque te quiero
sin más ni menos.

Celos de lo invisible,
miedos del pasado,
Esos son los que me atemorizan
cuando yo estoy a tu lado.

Miedo de ser devorado
por tu boca apasionada
que la busco y la encuentro
cada vez que me aferro a tu cuerpo sedoso y perfecto.

Quisiera cantar contigo
el compás del viento,
besarte sin miedo
en algún lugar donde no haya viento,
mirarte hacia arriba
y decirte que te quiero
que solo seamos tú y yo
contra la tiranía del tiempo.

No hay comentarios: